Con Pedro Sánchez presidente el Pacto cree que se abre una nueva etapa positiva para España. La presidenta Armengol está eufórica y hasta se fue a Madrid para estar en la votación del Congreso de los Diputados y poderse fotografiar al lado de su secretario general, así como felicitarle personalmente. De vuelta en Mallorca celebró el Día de la Rosa con los socialistas de Baleares. Además, confía en que “más pronto que tarde, tendremos el nuevo REB”. Sin embargo, hoy por hoy, es una incógnita qué será de las negociaciones sobre el Régimen Especial de Baleares y de la Financiación autonómica, que ya estaban muy avanzadas con Montoro. Incluso está por ver si el Govern será reivindicativo ante el Ejecutivo central o se mostrará comprensivo con el PSOE si se retrasa en las respuestas a sus reivindicaciones.
Desde el PP lamentan el cambio en La Moncloa y que Armengol ponga el Pacto como modelo. Hablan de un “gobierno Frankenstein”, a la vez que indican que Sánchez cuenta con el apoyo de “los más radicales, republicanos e independentistas”.
La ‘popular’ María Salom manifestaba que le “horroriza exportar el Pacto”. Lo dijo en su último acto público como delegada del Gobierno en las Islas, en el que declaraba que no estaba preocupada por su futuro personal, sino por el de España. «No se puede ser presidente a cualquier precio”, empezó afirmando antes de recordar que el país se recuperó de la crisis con Rajoy y que «a los mallorquines nos va a costar caro, porque tendrá repercusiones económicas en el bolsillo de todos los mallorquines y españoles».
Mientras, lo primero que hicieron los nacionalistas de Més (incluso antes de la investidura de Sánchez) fue pedir la libertad de Valtonyc. Los socios del PSIB pidieron antes que nada al Gobierno del PSOE un indulto para el rapero y el fin –textual- “ de todas las medidas represivas y antisociales de Rajoy”.
Por su parte, Actúa considera que Sánchez será “la franquicia de Armengol” y rechazan una “coalición de perdedores”. Según el partido de Jorge Campos, el “único nexo de unión es su odio a España y la ambición del socialista”.
Desde CAEB, los empresarios de las Islas dicen confiar en que el nuevo Gobierno sea capaz de “generar estabilidad y seguridad jurídica” para que la economía “progrese adecuadamente”. Y UGT Baleares reclama “más agenda social” a la vez que “regeneración democrática”.